domingo, 16 de enero de 2011

La Canción de Autor y La Poesía:


La Canción de Autor y La Poesía:
Paco Ibáñez.
                Como ya he comentado, la canción de autor ha bebido de la poesía, a veces como utensilio, y en otras ocasiones consiguiendo una simbiosis perfecta entre música y palabra. Por desgracia para la poesía, ésta no es un medio popular en demasía, pero por suerte para ella, la música sí lo es, y es que yo debo el 70 % de mi conocimiento y aprendizaje poético a los cantautores y, en concreto a al musicador de los poetas por excelencia; y es que no podemos hablar de la canción de autor y la poesía sin sacar a relucir el papel crucial de Paco Ibáñez. Casi no sabría decirse si Paco es valenciano (como es de nacimiento), vasco, catalán, latinoamericano o parisino, pues, además de haber vivido en la mayoría de estos sitios, ha absorbido como una esponja las enseñanzas de Atahualpa, Brassens,… y ha dedicado su carrera a poner música a los principales poetas del panorama español, latinoamericano… Cernuda, Alberti, Machado, Hernández, Blas de Otero, Neruda, Fanny Rubio, Arcipreste de Hita, Góngora, Quevedo, Lorca, Rubén Darío, José Agustín Goytisolo, Nicolás Gillén, Gabriel Celaya, Jorge Manrique, León Felipe o César Vallejo forman parte de la interminable lista de poetas a los que Ibáñez ha dado voz, además de una gran cantidad de poemas anónimos. Además se rodeó de poetas toda su vida, e hizo giras por teatros de la mano de poetas como Goytisolo y Alberti. Un poema, una canción, alternándose mágicamente las voces del poeta y la del cantante de voz vibrante y de ultratumba.
                Paco popularizó y convirtió en himno jornalero el poema Andaluces de Jaén (Aceituneros) de Miguel Hernández, pero también Jarcha hizo una popular versión; Alberto Cortez fue de los primeros en poner música al poeta del pueblo, e incluso el chileno Víctor Jara cantó el universal poema de Hernández, El niño yuntero, además de incluir en una canción suya en homenaje al poeta, versos de Viento del Pueblo que también Isabel Parra y Quilapayún cantarían tiempo después.
                Pero si hay una segunda figura que puede jactarse de unificar poesía y música a nivel internacional es Serrat, que dejó boquiabierto al mundo con un magistral homenaje a Antonio Machado, y poco después con el sublime homenaje a Hernández; homenaje que cierra en 2010 con la salida de su segundo disco de canciones del poeta Oriolano, Hijo de la luz y de la sombra.  Lluís Llach interpretaría a Martí i Pol, Màrius Torres, Pere Quart, Josep Maria Andreu, y hasta a Kavafis; Ovidi Montllor a Estellés entre otros, así como Raimon a Salvador Espriu o Joan Timoneda.
                Es lógico entender la mezcla de los dos mundos, ya que son partícipes el uno del otro, y es cierto que son medios que apenas sobreviven entre crisis y crisis, pues, salvo las grandes estrellas de la canción de autor, los cantautores son artistas de públicos discretos, y los poetas, escritores de lectores interesados.

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