domingo, 16 de enero de 2011

01.-INTRODUCCIÓN. El Porqué:

01.-INTRODUCCIÓN.

El Porqué:

Román LC. 2010. Foto de J. Fenoll.
Todo empezó una noche entre semana, en mis primeros años de instituto, viendo un capítulo de la serie de televisión Cuéntame cómo pasó… En un momento dado, un actor vestido de pantalones de campana y americana, pecas postizas y una corta y descuidada melena, con un pie sobre una silla y una guitarra entre las manos, parecía interpretar a un tal Lluís Llac; éste actor, en la piel de el tal Llac, explicó el significado de la canción que a continuación interpretaría a modo de playback una canción titulada La estaca. Yo me encontraba acostado y, de pronto, el adolescente impulsivo, antifranquista y coleccionista de imágenes del CHE, se incorporó de golpe para prestar atención a esa letra que, desde finales de los años 60 recorrió el mundo proclamando aquello de “Si tu l’estires fort per aqui, i jo l’estiro fort per allà, segur que tomba, tomba, tomb! I ens podrem alliberar!”. A la mañana siguiente me apresuré a buscar a este tal Lluis Llac, para descubrir no sólo que su nombre era Lluís Llach (y no Llac) y aquella canción que la noche anterior me había dejado perplejo a mis apenas 11 o 12 años, L’estaca, sino para descubrirme al mismo tiempo dos mundos nuevos que para mí habían estado cerrados y que nunca creí, hasta apenas entrada la adolescencia, que algún día pisaría: El mundo de los cantautores, y el de los poetas (Mundos que como descubriría, formarían parte el uno del otro, cuando no eran, cuanto menos, el mismo).

A partir de ahí el fenómeno fue imparable: Víctor Jara, Aute, Raimon, Ovidi Montllor… pero el detonante fue Barcelona, Gener 1976, de Llach, concierto mítico y definitivo, junto con el Recital de Madrid de Raimon, en la discografía de la canción protesta en España. Pero hubo otro personaje crucial en mi unificación con la poesía: Paco Ibáñez, quien allegó a mis oídos toda la poesía que hasta la fecha ni me había parado a intentar leer.
Nueva Orden (Román LC y Aron dübH), 2010.


Como parte del estudio de mi introducción en este mundo, que a su vez contiene los dos mundos ya nombrados, es curioso percibir el carácter cíclico de mi recorrido: Gracias a la canción de autor, comencé a fijarme en el carácter poético que envolvía esas canciones, de ese modo, y sin haber leído un libro de poesía en mi vida, escribí mi primer libro de poemas; a partir de ese libro, que llevaba carácter e impronta heredados de la canción protesta de los años 70 de la que procedía, además, cercano a las letras de punk rock de grupos como La Polla Records, Ska-P o Reincidentes, y que tenía el título de Revolución Poética, el poder de una rosa, inicié una larga andadura escribiendo e incluso publicando poesía y sin atreverme a coger una guitarra para afrontar eso que sin quererlo, quise el primer día que escuché el Barcelona, Gener 1976; poner un pie sobre una silla proyectar con la garganta lo que mi colchón, mi base de poesía acumulada durante seis años, me pedía proyectar. Así, en 2009 tomé clases de guitarra y comencé a dar algún concierto con el guitarrista del grupo de rock en el que toco la batería, Appulse (antes IlluminatI). De ese modo, se cerraba el círculo abierto tantos años atrás: Gracias a la canción de autor me lancé a la poesía, y gracias a la poesía, retorné a la canción de autor. Todo esto me parece necesario para entender todo aquello que me impulsa y que me mueve a abrazar el género de cantautores y querer hacer el proyecto que más tarde propondré.
No obstante, para entender el fenómeno de la canción de autor en España, es preciso hacer un estudio sobre el fenómeno y sus motivaciones, implicaciones, dificultades, altibajos y circunstancias.

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